Magdalenas de fresas frescues

Semana Santa ni porras... a mí estas fiestas "religiosas" me dan igual porque soy atea pero objetivamente significan para casi todo el mundo vacaciones más que otra cosa. Y para los niños ¡¡dos semanas!! Y para los padres dos semanas de no saber donde empaquetarlos. Ayyy... ¿¿cómo narices se puede hablar en este país de conciliación laboral-familiar??  Eso NO existe.
Menos mal que aún tenemos abuelos y aitites que hacen la función conciliadora que si no... ¿cómo lo haríamos? Si tengo que gastarme el poco dinero que gano en pagar a alguien para que se quede cuidando de mis hijos no me compensa.
Y todo esto ¿¿a qué viene si se supone por el título que os iba a hablar de magdalenas?? Pues porque acaba de decirme una persona "qué bien hoy el último día de trabajo y vacaciones, ¿no?"  Pues NO si a tu pareja le hacen trabajar de lunes a domingo y festivos y esa segunda semana no tiene donde dejar a los niños.
Con una tasa de paro de un 12,1% en Euskadi el que tiene suerte y trabaja está tan explotado que vamos a envejecer a un ritmo imparable.
Sólo espero que por lo menos estas magdalenas le hayan alegrado el desayuno. ¡Te quiero!

Estas magdalenas están inspiradas en mi niño al que le encantan las fresas con zumo de naranja al igual que a su madre. Ayer me dije, ¿y por qué no probar este sabor en una magdalena?
Si os apetece sorprender el paladar de un ser querido probadlas.

 Los ingredientes para 14 magdalenas son:

180 g de aceite de girasol
120 g de azúcar
3 huevos   
240 g de harina 
2 cucharaditas de levadura 

120 ml de zumo de naranja 

Ralladura de naranja
200g de fresas congeladas


Nos ponemos a ello:

Primero dejaremos todo preparado tamizando la harina con la levadura y cortando las fresas a trocitos (yo las congelé troceadas ya). Preparad los moldes (los mios eran de silicona así que no me hizo falta).
Como siempre a temperatura ambiente los ingredientes salvo las fresas (tampoco congeladas del todo, sacadlas unas horas antes). 
Precalienta el horno a 200ºC
Se baten los huevos con el azúcar hasta que blanqueen.

 Y se le añade el aceite en forma de hilillo sin dejar de batir. Uy... por qué poco no dejo zumo mientras hacía la receta, jajaja.

Añadí a la harina tamizada con la levadura la ralladura de naranja e incorporé la mitad a cucharadas sin dejar de batir pero a velocidad baja. Entre cucharada y cucharada eché alguna de zumo de naranja también para que se integrase mejor.

Después echamos parte del zumo y el resto de la harina alternando también.

Ahora sería el momento de, con una espátula, añadir las fresas troceadas a la masa pero preferí hacerlo a mano para que hubiese una cantidad razonable en cada magdalena y no pasara que en una hay más que en otra o que una se queda sin que caiga ninguna. Vamos, un poco de equidad, jeje.

 No saqué foto de este paso pero os explico lo que hice: eché en los moldes una pequeña parte de la masa y con la mano eché en cada hueco unas pocas fresas y de nuevo un pelín de masa hasta completar las 2/3 partes.
Metemos en el horno unos 15 minutos a 200ºC.

Las dejaremos reposar 5 minutos en los moldes y luego las pasaremos a una rejilla para que se terminen de enfriar.

Ayyy.. a algunas en vez de fresas les eché virutas de colores pero no quedó muy llamativo porque eran muy pequeñas. Se aprecia un pelín en esta foto en el corazón cortado de arriba:

 Usé unos moldes de silicona que me compré en Lidl hace un tiempo y estos corazones son muy chulos.
 Las magdalenas tienen un sabor exquisito y cuando muerdes una fresa... mmmhhh... ¡¡¡deliciosas!!!
Si no os gusta encontraros cachos como a mi niño pequeño podéis hacer con las fresas trituradas como hice yo con algunas. 

Fue sacarlas del horno, ver ese look fresita explosivo y empezar a devorar. Cogí unas cuantas para poder sacar una foto decente pero no me acordé de sacar una partida. Tranquilas que para la próxima que esta receta hay que repetirla sí o sí.

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